Revueltos en la estantería

José Antonio Millán

Microsoft Bookshelf en español. Microsoft,1997, CD-ROM para PC, 313 megas, 14.990 ptas

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  El Bookshelf (estantería, en inglés) agrupa un diccionario de la lengua, un bilingüe inglés-español y español-inglés (todos de Vox); un diccionario de sinónimos, una cronología y un diccionario de citas (de Espasa), y un Atlas Microsoft.

En principio, un producto así tiene ventajas: disponer de todas las obras sin ocupar disco duro y sin cambiar de CD; utilizar combinadamente los diccionarios, y comunicarlos con un procesador de textos. El problema empieza cuando se comprueba que las obras contenidas son de calidad dispar, que su edición electrónica flojea y que la coordinación entre el conjunto es muy mejorable.

El diccionario de la lengua contiene la definición de la palabra (lástima que no haya forma de saber qué significan las numerosas abreviaturas que usa). El botón derecho del ratón permiten dar un salto hipertextual para ver el significado de una palabra. Sin embargo, si la palabra está en plural (y en muchas ocasiones incluso en singular) no se produce el salto. El diccionario de sinónimos ¾no muy bueno¾ viene de una fuente diferente al de la lengua, y con frecuencia chirría el uso combinado. El paso de uno a otro es teóricamente automático, pero hay sorpresas desagradables: si buscamos los sinónimos de escalope veremos filete empanado, y si queremos averiguar el significado de esta última palabra se nos llevará a "aposento que no tiene ventilación directa" (!). Si se usa el diccionario inglés, no habrá salto hipertextual desde las palabras inglesas.

El diccionario de citas no resiste la comparación con las buenas obras equivalentes en otras lenguas (como el Dictionary of Quotations de Oxford): las citas carecen sistemáticamente de procedencia ("muriendo, todo sobra", de Lope, ¿a cuál de sus cientos de obras pertenece?), por no hablar de la falta de versiones originales de las citas en lenguas distintas del castellano.

Los complementos multimedia son desiguales: unos claramente útiles, como la pronunciación de las palabras inglesas, y otros erráticos (¿para qué los veinte audios del diccionario de citas, en los que además nada indica si la que suena es la voz de un actor o la del propio personaje?). En general, los multimedias que ilustran el diccionario son poco valiosos (¡el canto del zarapito!), con alguna excepción (las ilustraciones de fenómenos musicales)

Las ayudas están en el premioso estilo Microsoft. Veamos lo que pone al lado del botón "Copiar Bandera": "Haga clic en el botón Copiar bandera para copiar la bandera." Pues eso.

[Publicado en El País, marrzo de 1998]    

 

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