Los remotos (y obscenos) orígenes de la charada

04 noviembre 2018 17:17

Recordemos que una charada es (según la un tanto farragosa definición del DRAE), el “Pasatiempo consistente en adivinar una palabra a partir de alguna pista sobre su significado y sobre el de otras que se forman con sílabas de la palabra buscada”. Se trata, pues, de un juego de palabras y además metalingüístico.

Pues bien, el caso más antiguo que conozco proviene de una inscripción latina que protegía un huerto. Este es su texto y su traducción:

Penelopes primam Didonis prima sequatur
et primam Cadmi syllaba prima Remi,
quodque fit ex illis, tu mi deprensus in horto,
fur dabis: hac poena culpa luenda tua est

Que la primera sílaba de Dido siga a la de Penélope,
y la primera sílaba de Remo siga a la primera de Cadmo,
y lo que resulta de esta combinación, tú, ladrón lo sufrirás,
si te pillo en mi jardín; ese castigo expiará tu crimen.

La palabra sugerida sílaba a sílaba es pedicare, es decir: ‘sodomizar’. Recordemos que abundaban en el mundo romano las figuras fálicas para proteger huertos y jardines. La curiosa relación entre hurto de frutas y agresión anal se ha mantenido hasta nuestros días en algún chascarrillo.

Encontré la protocharada en la obra Ancient Obscenities: Their Nature and Use in the Ancient Greek and Roman Worlds, de Dorota Dutsch y Ann Suter (2015), por pura serendipia, mientas buscaba unos usos peculiares del ablativo.

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Tom Wolfe y la inquina

15 octubre 2018 16:16

En El País, y con el título de Wolfe no contesta reseño el libro de Tom Wolfe El reino del lenguaje (Anagrama, 2018).

He aquí uno de sus párrafos. Para la totalidad, hacer clic arriba.

La existencia de una lengua que derrumbara el generativismo habría sido sin duda un acontecimiento… para la teoría lingüística, y uno se pregunta por qué lo jalea el periodista Wolfe. Sencillamente, para meterse con la figura académica y política de Noam Chomsky. Wolfe era (acaba de fallecer) un conservador, y sus páginas están llenas de chistecitos sobre el lenguaje políticamente correcto: “Los pueblos primi…, ¡ejem!”. Por alguna razón, que quizás pertenezca al dominio del psicoanálisis, arremete contra el sistema académico y concretamente contra los “modernos lingüistas de salón con su aire acondicionado, su azulada palidez inducida por la pantalla del ordenador y sus pseudoviriles camisas abiertas”.

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Tengo, tengo, tengo

27 abril 2017 15:15

Mucho tiempo sin escribir en este blog. La verdad es que gran parte de mis observaciones lingüísticas las he ido publicando en Twitter (https://twitter.com/librosybitios), y además he estado muy ocupado con un nuevo libro, que hoy mismo ha visto la luz.

Se trata de Tengo, tengo, tengo. Los ritmos de la lengua, que responde a un proyecto que hace muchos años tenía esbozado, pero que hasta ahora (y por cierto gracias a la invitación de Francisco Martínez, de la editorial Ariel), no había tenido oportunidad de emprender.

En resumen, es un libro que trata sobre los aspectos rítmicos del español que no están incluidos en lo que se conoce normalmente como “poesía”. Por citar su contraportada:

¿Por qué riman los refranes? ¿Por qué los manifestantes corean consignas que se adaptan a la marcha? ¿Por qué todas las nanas del mundo se parecen? ¿Por qué los niños juegan con palabras sin sentido? ¿Por qué los conjuros tienen resonancias misteriosas?

Siempre que los seres humanos juegan, aconsejan, curan, narran, trabajan juntos, conjuran la suerte, venden, memorizan, hacen rabiar o se emocionan, lo hacen con ayuda de repeticiones, acentos pautados, rimas… El ritmo tiene un papel fundamental en las cosas que decimos y repetimos.

Para explorar por qué y cómo nos entregamos de esta forma al ritmo verbal, el autor acude a psicólogos, lingüistas, antropólogos, folkloristas, neurólogos, científicos cognitivos, filólogos, filósofos, poetas o incluso músicos de rap. Con multitud de ejemplos del español de España y América, sin olvidar lo que ocurre en otras lenguas, Tengo, tengo, tengo explora canciones de dar palmas o de corro, conjuros, retahílas de sorteo, canciones de trabajo, refranes, rimas burlonas, trabalenguas, nanas, poesía de vanguardia, creaciones con palabras africanas o inventadas, versos mnemotécnicos, eslóganes publicitarios, subastas o retransmisiones deportivas, en un esfuerzo vasto e inédito por trazar el mapa de los ritmos lingüísticos, en el pasado y en la actualidad.

Tengo, tengo, tengo es una obra accesible a cualquier lector, y para su consulta cuenta también con un completo “Índice de materias y nombres propios”.

Como he hecho en alguno de mis libros anteriores, Tengo, tengo, tengo tiene varios niveles de lectura. En su edición en papel (o en ebook) es una obra ensayística, sin notas ni bibliografía, pero en esta misma web hay un extenso aparato de Notas, que remiten por un lado a una Bibliografía con dos centenares de entradas, la mayor parte correspondientes a obras presentes en Internet, y por tanto directamente consultables por el lector. Por otro lado, las notas van enlazando a audios y videos recopilados en una Lista de medios. Este aspecto, que permite al lector captar, más allá de las limitaciones del texto escrito, los ritmos vivos del habla, hace uso de una de las características más destacadas de la Web: su naturaleza de repositorio vivo del saber humano.

Por lo tanto, Tengo, tengo, tengo. Los ritmos de la lengua es un libro desplegado en tres dimensiones: la narrativa, la erudita y la sonora.

Bueno, que ustedes lo disfruten… Cualquier observación sobre la obra pueden dejarla en forma de comentario a este post.

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Drogas: la orgía lingüística

26 septiembre 2015 11:11

Con este título publiqué en El País la reseña del Diccionario de la droga: vocabulario general y argot de Félix Rodríquez González (Arco Libros). Éste es su comienzo:

El mundo de la adquisición, consumo y disfrute de sustancias estupefacientes o embriagantes ilegales se desenvuelve en una auténtica orgía léxica. Ya sea porque su consumo comenzó en ambientes marginales o carcelarios, porque su comercio está fuera de la ley o porque los grupos que las usan usan claves para comunicarse sin ser entendidos, el caso es que hay una asombrosa proliferación de palabras que aluden a objetos, procedimientos y sensaciones relacionados con las drogas. Unas son palabras de jerga, otras son préstamos de otras lenguas, algunas son metáforas, otras juegos de palabras. Muchas han estado en uso en un periodo concreto, para nunca más volver… o reaparecer al cabo de unos años. A ello hay que sumar nombres científicos, marcas comerciales, denominaciones oficiales…

Para leer Drogas: la orgía lingüística

El lugar del español en Internet

26 abril 2015 17:17

El pasado día 24 de abril publiqué en El País un artículo sobre este tema. Helo aquí:

El lugar del español en Internet

El artículo acababa así:

Dado este complejo conjunto de infraestructuras, servicios y contenidos que definen el español en la Red es más explicable que, pese a su gran importancia, ningún país individual ni organismo transanacional haya abordado su análisis. Pero ¿podría éste llevarse a cabo? Al menos puede intentarse reunir críticamente los distintos indicadores existentes y extrapolar los que faltan, para llegar a resultados coherentes que creen un marco de comparación para evoluciones futuras. Esto lo ha hecho para el francés la organización para la diversidad lingüística Maaya (http://maaya.org), por encargo de la Organización Internacional de la Francofonía. Y la buena noticia es que dos de sus miembros, Daniel Pimienta y Daniel Prado, están preparando un documento con las bases metodológicas para el español, que verá pronto la luz. Del borrador que hemos consultado se desprende que el español estaría entre la tercera y la cuarta posición entre las lenguas en la Red, por factores como su extensa demografía y la cobertura de población con acceso, pero sus mayores fortalezas estarían en el uso de redes sociales y la descarga de archivos: es decir, se trataría de un espacio lingüístico consumidor, muy rico en relaciones internas, pero con notables carencias en contenidos.

El trabajo que menciono sobre la situación de la lengua francesa está en La langue française dans le monde, pág. 500 (sección “Parler au monde en français”, sub-sección “La place du français sur Internet”).

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Palabras viejas para cosas nuevas, conferencia en Blanes

26 abril 2015 11:11

Para celebrar el 40º aniversario del INS Serralarga de Blanes, me han invitado a dar una conferencia de tema lingüístico. Tendrá lugar en la Biblioteca Comarcal, Sala Roberto Bolaño, a las 12:45 del lunes 27 de abril.

Hablaré sobre “Palabras viejas para cosas nuevas”.

Cuando llega una invención, una novedad en cualquier terreno (técnico, científico, social…), ¿cómo se le da nombre? Por lo general, se recurre a una palabra preexistente, cuyo significado se modifica o se especializa, y no es extraño que este hecho provoque el corrimiento en toda una zona del léxico.

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El nombre de las crías

21 abril 2015 10:10

¿Cómo se llama la cría del besugo? ¡Pues pancho! ¿Y la del salmón? ¡Esguín! ¿Y la del perro, lobo, tigre y león? Cachorro… ¿Y la cría de la abeja?: lamentablemente, pollo…

El descubrimiento de esta lista para el inglés: “What do you call a baby owl and other baby animals?” (en Oxford Dictionaries) me hizo buscar alguna equivalente en castellano o español. Como ninguna de las que vi me satisfizo, me puse a buscar utilizando el utilísimo Dirae (aquí escribí una reseña sobre este servicio): palabras que en su definición tuvieran “cría” o “pollo”.

Éste es el resultado: todas las palabras provienen del Diccionario de la Real Academia, 22ª edición (por la sencilla razón de que es la que está en línea). Cuando hay diversas posibilidades, las he puesto por orden alfabético. Sólo he conservado las marcas de uso y las geográficas (aunque está claro que algunas de las palabras que deberían llevar una y/u otra no la llevan en el original). En cursiva van los genéricos y en redonda las especies concretas.

abeja pollo
águila aguilucho
ánade anadón
anguila angula
animal guacharro
ánsar ansarino
ave pollina (anticuado), pollo, polluelo
ballena ballenato
besugo pancho
caballo potro
cabra choto, cabrito, chivo
cerdo cochinillo, gurriato (Leon, Salamanca y Zamora), lechón
chivo chivato
ciervo gabato
cigüeña cigoñino, cigüeñato
cuadrúpedo pollina (anticuado)
cuervo corvato
gamo gamezno
gorrión gurriato
jabalí jabato
león cachorro
liebre gabato, lebrato
lobo cachorro, lobato, lobezno
merluza pescadilla
oso cachorro, escañeto (Cantabria), osezno
oveja cordero
paloma pichón
pavo pavezno, pavipollo
perdiz perdigón
perro cachorro, perrezno
pez alevín
salmón esguín, gorgón
tigre cachorro
vaca becerro, chorato (Salamanca), choto, ternero
víbora viborezno

 

Imagen: esguín saliendo del huevo, GNU Free Documentation License

 

Nuevos nombres para viejos partidos

16 febrero 2015 10:10

He aquí una modesta proposición sobre cómo se deberían renombrar algunos de nuestros partidos políticos.

Está hecha al hilo de lo que escribí en El País y en el póster anterior.En mi artículo originario declaraba:

Agrupaciones políticas de la actualidad arrastran etiquetas históricas (Partido Socialista Obrero Español), alguno de cuyos componentes hoy tal vez les suponga un lastre.

Siguiendo ese hilo, y los acontecimientos de los últimos meses, he aquí la propuesta, que probablemente se pueda ver complementada con otras ideas de los lectores:

Partido Socialista Obrero Español = Partido Español

Izquierda Unida = Izquierda

Esquerra Republicana de Catalunya = Catalunya

Convergencia i Unió: i

Partido Popular = Partido

El nombre del partido

04 febrero 2015 11:11

El nombre del partido” es un artículo que he publicado en la sección Tribuna de Opinión de El País, con fecha 3 de febrero de este año, .

Ahí hablo sobre diversas paradojas y evoluciones en las denominaciones de los partidos políticos.

Vale la pena detenerse un momento en el nombre del partido Syriza, en realidad una coalición con distintos constituyentes. El nombre es un acrónimo de Συνασπισμός Ριζοσπαστικής Αριστεράς, Synaspismós Rizospastikís Aristerás, que suele traducirse como “coalición de la izquierda radical”. Pero ¿por qué “radical”?

En el griego Ριζοσπαστικής, Rizospastikís, encontramos la raíz “raíz” (valga la redundancia), que también estaba en griego clásico y aparece en términos españoles como rizoma. Radical tiene en efecto estos sentidos:

Perteneciente o relativo a la raíz.

Partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático.

Extremoso, tajante, intransigente.

El problema es que, como dice la Coordinación Terminológica del Parlamento Europeo (según supe a través de Alicia Martorell):

The word “radical” in the title was interpreted in the different countries according to their political history and parties. In most countries it tends to be used as a synonym for “extreme”. Not in Greece though, where the word radical is a less radical term than in other languages.

Vale la pena leer íntegro el breve artículo, que pone de manifiesto lo complejo de traducir vocabulario político…

A raíz de la aparición del artículo, distintas personas me han notificado nombres curiosos de partidos y otras organizaciones políticas:

Lo Que Diga Balaguer, un movimiento de República Dominicana (gracias, JMCR)

José Antonio Labordeta acuñó el término informal Izquierda Depresiva Aragonesa (gracias, DG)

Jaroslav Hasek fundó el Partido del Progreso Moderado en el Marco de la Ley con el objeto de ridiculizar el marco político de la época (gracias, MZ)

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“Perdón imposible” cabalga de nuevo

18 enero 2015 16:16

Mi libro más famoso, Perdón imposible. Guía para una puntuación más rica y consciente, que llevaba años agotado, reaparece bajo el sello Ariel, en rústica y en edición digital en epub 2.

“Alegra saber que este libro no se ha perdido,
anima ver que reaparece esta guía útil
y genial sobre la historia de los signos”
Enrique Vila-Matas