Ilustraciones de Perico Pastor

 

La versión catalana, L'arbre dels nassos, ha sido traducida por Jordi Jané

El árbol de narices

José Antonio Millán

 

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Una vez un niño estaba metiéndose un dátil por la nariz cuando de repente, ¡pum!, donde tenía la nariz le apareció una forma marrón alargada y nada bonita: ¡se le había convertido en un dátil!

Al principio lloró un poco y se asustó, pero luego pensó que tenía que haber una explicación. Los dátiles crecen en las palmeras, que son esos árboles que parecen un manojo de fuegos artificiales. Así que echó a andar por el desierto, que es el sitio en donde crecen las palmeras. En realidad allí no hay más árboles que las palmeras, pero es muy interesante que las haya, porque los dátiles son el único alimento que se puede encontrar en el desierto, y cada dátil reúne el sabor dulce y el sol de todos los kilómetros de arena que tiene alrededor.

 

 

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