Vocabulario de ordenadores e Internet

José Antonio Millán
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Applet

 

 

A grandes rasgos, los procesos implicados en las páginas web se pueden ejecutar en dos lugares: en el servidor (el ordenador conectado a la red, donde reside la página) o en el cliente (el ordenador del usuario). Una consulta de base de datos, por ejemplo, se lleva a cabo en el servidor, aunque la orden parta del cliente. Pues bien: los applets son el caso opuesto: las pequeñas aplicaciones (es decir, programas), que el servidor manda al navegador de un usuario para que se ejecuten allí. Suelen estar escritos en el lenguaje Java, cuya potencia reside en que se puede ejecutar en cualquier sistema operativo.

Los applets son responsables de muchos efectos que se ven en las páginas web, por ejemplo animaciones (aunque no siempre que hay una animación se debe a un applet). Una vez cumplido su cometido, no se quedan residentes en la memoria del usuario (como los programas normales), sino que desaparecen.

Mucha gente cree que el nombre viene de la marca Apple, pero ahí hay solamente una confluencia casual. En origen es un diminutivo de application a través de la reducción a appl- y la unión del sufijo -et. Esta terminación de diminutivos (similar a nuestras formas en -ito) lo tomó el inglés del francés: por ejemplo, de pochette, "bolsita", salió en inglés pocket, "bolsillo". Por tanto, el significado sería "aplicacioncita", y este es precisamente uno de los nombres que se han propuesto para el applet en castellano.

El problema es que la palabra inglesa sugiere, también por su brevedad, algo diminuto, mientras que las siete sílabas de aplicacioncita anuncian todo lo contrario. Se ha sugerido también (en la lista Spanglish) apli, apócope de aplicación. El recurso de apocopar se va extendiendo progresivamente, sobre todo en el lenguaje infantil y colegial (seño, por "señorita"), y la solucion no queda mal, aunque, en lo que he ido viendo, no ha cundido.

El vocabulario de la Asociación de Técnicos de Informática sugiere aplique, probablemente por pura proximidad fonética (y un cierto juego con aplicar), aunque el término se refiere a una lámpara o candelabro que se fija en la pared y vino directamente del francés applique.

Por último, siempre quedaría la adaptación directa áplet. En el Diccionario académico hay otras cuatro palabras llanas (es decir, acentuadas en la penúltima sílaba) acabadas en -et: plácet, tácet, clóset y básquet. Dos son latinas y dos inglesas, de modo que: ¿por qué no?

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