Vocabulario de ordenadores e Internet

José Antonio Millán
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Cookie

 

Los datos de apariciónes inglesas de la palabra están tomados del Oxford English Dictionary

 

Pocas palabras en los últimos tiempos habrán hecho dar más vueltas a quienes buscan, pese a todo, una forma de decir las cosas en su propia lengua. Una cookie es un pequeño fichero que un sitio web envía al disco duro de la persona que lo visita, y que informa sobre lo que el usuario ha hecho en él. Aparecieron por primera vez en el navegador Netscape. Gracias a las cookies la librería virtual sabe quiénes somos en visitas sucesivas, y despliega para recibirnos las novedades en cocina oriental que son de nuestro agrado. En realidad la cookie no dice nada sobre el usuario que él ya no haya revelado en su navegación, aunque quien vaya a sitios publicitarios o pornográficos puede encontrar que dejan demasiadas huellas en su ordenador...

Muchos las interpretan como una intromisión: ¿quién tendría derecho a meternos clandestinamente en el bolsillo del abrigo un papelito con nuestro comportamiento en una tienda, para sacarlo sin que nos demos cuenta la siguiente vez que vayamos a ella? Pero tras una época de rechazo y advertencias en contra, ya no se suele aconsejar desactivar la admisión de cookies (lo que es una opción posible en cualquier navegador). El consenso parece ser que sus ventajas compensan los problemas que causan.

Cookie es "galleta" en inglés. Hay quien sostiene que el origen del uso informático está en el famoso (y voraz) personaje infantil Monstruo de las Galletas. Pero ya se detectan usos arrojadizos de la palabra desde la Segunda Guerra Mundial: en el argot de los pilotos americanos se llamaban así a las bombas.

En español se ha propuesto chivato, fisgón, soplón o testigo (aludiendo a su función) y galleta o buñuelo (en traducción más o menos directa). Los franceses proponen témoin o mouchard ("testigo" o "chivato"). Lo que ocurre es que mientras los expertos debatían las posibles opciones en lugares especializados como el Centro Virtual Cervantes, el TermCat o la lista Spanglish, los usuarios iban aprendiendo lo que eran las cookies, y empezaban a usar esa palabra directamente. Quizas, por lo tanto, la mejor solución sea castellanizar la escritura en cuqui plural cuquis y (casi) todos contentos... Porque el problema que tienen ciertas adaptaciones fonéticas es lo lejos que quedan de la grafía del original. ¿Quién reconocería en la etiqueta de una botella el académico güisqui?

Personalmente, voto por chivato y buñuelo (en la línea informal y humorística en la que se ha difundido emilio para email), pero cuando quiero que me entiendan pronuncio "kuki". ¡Ah!, y si puedo, jamás la escribo.

 

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