Vocabulario de ordenadores e Internet

José Antonio Millán

Edición (1)

 

© José Antonio Millán, 1999. Reservados todos los derechos
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Hace años, la edición era una cuestión de tipos de plomo, imprentas y papel; luego llegó la informática y, desde hace un cuarto de siglo se ha ido convirtiendo en materia de ordenadores, escáneres, impresoras…

 

autoedición

Es el proceso de componer y maquetar una obra (que puede ser un folleto, una revista o un libro entero), llegando incluso a imprimirla, realizado todo él mediante ordenador. Un equipo de autoedición comprende normalmente además del ordenador, escáner, impresora y programas especializados.

Cuando surgió el primer sistema popular de autoedición (de Apple, en 1986) no suponía en rigor ninguna innovación, sino la recombinación de distintos elementos --de hardware y software-- preexistentes, aunque eso sí: reunidos y a un precio asequible. Hoy el término está ligeramente anticuado: a medida que los procesadores de texto fueron adquiriendo muchas de las funciones de autoedición (desde la maquetación a la impresión) el concepto se ha ido difuminando.

La expresión inglesa de origen es desktop publishing, que podríamos traducir como "edición de escritorio", con lo que se recalca que es una modalidad de edición que no utiliza equipos muy grandes o complejos. La acuñó en enero de 1985 Paul Braynard, de Aldus Corporation, en la junta de accionistas de Apple Macintosh.

 

DTP

Siglas inglesas de desktop publishing.

 

procesador de textos

En inglés se empezó a usar text processor o word processor para referirse a los equipos especializados o a los programas que servían para componer y almacenar textos, darles formato, etc. La expresión se remonta a hace unos 25 años.

El nombre, en origen, no carecía de humor: las formaciones equivalentes (como food processor, "procesador de alimentos": una especie de batidora de cocina) se referían a operaciones físicas muy lejanas del sutil trabajo con las palabras.

Tras la aparición de los ordenadores personales, estos programas se convirtieron rápidamente en los favoritos de sus usuarios, y fueron calificados de "máquina de escribir glorificada", o incluso de "la calculadora del humanista", por los servicios que empezaron a prestar en las ciencias humanas.

En español se usan indistintamente las formas proceso o tratamiento de textos (procesamiento de textos, que también se ve utilizado, es menos preferible).

En la actualidad estos programas no se limitan a las letras, sino que gestionan también gráficos. Y en lo que respecta a su función original, están también muy lejos de las simples capacidades mecanográficas que tuvieron en un principio. Hoy en día son programas que se adelantan a su usuario (a veces demasiado), proponiendo continuaciones a lo que está escribiendo, que corrigen la ortografía, el formato, incorporan diccionarios de sinónimos y prestan ciertas ayudas de estilo y gramática. En el futuro serán capaces de corregir y ayudar más en profundidad.

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