Vortal

Hay veces en que surge una nueva palabra sobre Internet casi ante nuestros ojos. La vemos aparecer primero tímidamente, luego asomar en algunos artículos, la oímos en labios de unas pocas personas, y de golpe, ¡bum!: nos la encontramos hasta en la sopa. En muchos casos desaparecerá como vino, pero en otros ha llegado para quedarse. Y nadie puede profetizar qué ocurrirá, porque nos encontramos en la confluencia de dos ámbitos demasiado volátiles: la red y la lengua.

Por si acaso dura sólo dos semanas, me apresuro a comentar vortal. Para entender vortal hay que pensar en la fiebre de portales que ha habido los últimos tiempos. Todo eran portales: los sitios que no lo eran querían serlo, y los que pretendían abrir un nuevo tenderete, querían poner un portal. La cosa llegó a tal extremo que incluso apareció una web de parodia: portalitis.com. Un portal --a todas estas-- era un sitio en el que se suponía que uno iniciaba su recorrido por la red (de ahí el nombre). En él se encontraba de todo (como en los portales de las viejas ciudades, que albergan tiendecitas, reparación de calzado...): buscadores, e-mail gratuito, noticias... Yahoo o Inicia son ejemplos bien conocidos de portales.

Como todos los portales parecían iguales, y todos querían tener de todo, en seguida surgió la idea de crear portales especializados, es decir, verticales. Portales destinados a un tipo de industria, a una clase de profesionales o de estudiantes, a un sector económico...

La amalgama de vertical y portal (en inglés) dio vortal (en inglés), con la feliz coincidencia --o no-- de que las palabras de partida son iguales en español, y se podía mantener el juego de palabras.

De modo que ya saben: de lo que mejor se puede presumir ahora es de estar haciendo un vortal. Y por si acaso vayan registrando el dominio vortalitis...