Lyb logo p2.jpg (18774 bytes)

wpe14B.jpg (8735 bytes)

... una curiosa convergencia

José Antonio Millán

1x1c3.gif (41 bytes)
 

La cosa empezó (como otras muchas), por la observación de mi amigo ágrafo Javier Candeira (http://www.hiperactivo.com): "¿Te has dado cuenta de que Google y Amazon se acercan cada vez más?". Lo que al principio tomé como una boutade fue cobrando cada vez más sentido a medida que iba pensando en ello, y a medida que nuevos acontecimientos se sucedían... Tan razonable me iba pareciendo la idea, que le invité a escribir una nota sobre el tema: "Hazla tú", fue su bastante previsible respuesta...

Podríamos plantearlo como un acertijo: ¿En qué se parecen Amazon y Google? En que las dos son, junto con eBay, los mayores negocios de la Red, y no sólo negocios, sino sitios web que han cambiado la forma en que la gente navega e interactúa, dentro y fuera de la pantalla. Hasta aquí los parecidos. Pero: ¿y las diferencias? Todo lo demás podría contestarse, empezando por la abismal divisoria de que Amazon trafica con átomos (los de los libros que vende) y Google con bits (las direcciones web que suministra). Otra más: que Amazon se dedica a los libros, y Google se dedica a todo, incluidos los libros.

Y sin embargo... a través de sus Enlaces Patrocinados (las direcciones que salen recuadrados a la derecha de la página de búsqueda), Google sirve perfectamente de canal para comercio de átomos: no hay más que hacer una búsqueda, por ejemplo de la palabra libros, para ver cómo desde él se puede llegar a las librerías. Como si esto no bastara, Google ha creado recientemente el motor de comparación de precios Froogle (aún en versión beta, pero miren qué bien localiza productos relacionados con Manolito Gafotas). Por otra parte, Amazon también vende bits, en forma de libros electrónicos (de los que, por cierto, el más vendido es How to use Google), y de descargas musicales en MP3. Respecto a sus respectivos ámbitos, la librería virtual más famosa hace ya tiempo que se extendió del libro a CDs, DVDs, videos, electrónica de consumo, muebles, juguetes y servicios como tarjetas de crédito y subastas (sí: intentando ahí ocupar el espacio de eBay). ¡Últimamente incluso ha empezado a vender comida: no sólo las delicatessen del neoyorquino Dean & DeLuca, sino también los productos de la cadena sureña Sticky Fingers, "Dedos Pringosos"! Las ansias de expansión se comprueban viendo que en el desplegable de búsquedas aparece una categoría amenazadora: "Everything Else", todo lo demás...

Y un inciso, a propósito de amenazas... Si uno entra directamente por la categoría libros, y despliega la ventanita de Search Books, ¿qué es lo que se encuentra en la quinta categoría?: Spanish books... Y no mal surtidos: un poco de ego-surf me demostró que tenían ocho libros míos. La pregunta es: ¿acabará vendiendo Amazon libros editados en España al resto del mundo? O a lo mejor ya lo está haciendo...

Bien: Amazon tiene un buscador muy eficiente (que, por cierto, desde abril del 2003 usa tecnología Google): gracias a él se puede encontrar casi cualquier cosa que aparezca en el título de un libro, en el de una película o en el de una canción, pero también en el menú de un restaurante o en la etiqueta de un alimento. ¿No se lo cree?: busque serendipity (palabra que nos es grata), y la verá presente en millares de libros, 22 videos y 14 álbumes de música, pero también en tres prendas deportivas, trece implementos de cocina, un suministro de utillaje científico y tres menús de restaurante...

Pero en el mes de septiembre Amazon ha creado su propia unidad de búsqueda para e-commerce, indicando así su intención de independizarse de Google... La gran sorpresa inmediata ha sido (como bien saben desde el 23 de octubre los seguidores de nuestro blog) la introducción de la búsqueda en el texto completo de 120.000 libros de su fondo, casi 3 millones de páginas. Ésta es la presentacion que hizo el jefe Bezos de la nueva capacidad, y aquí se puede ver cómo funciona esta búsqueda. Con semejante refuerzo, la consulta sobre  serendipity, que da como resultado 3.700 libros, no tiene sólo aquellos con la palabra en el título, sino también otros como ¡quién iba a decirlo! The Low-Carb Comfort Food Cookbook (que, por cierto, tiene versión en tapa dura y también en libro electrónico) en donde sólo está presente la palabra en su interior: "Then, as is so often the case, Serendipity, that shy muse of fortuitous coincidence, intervened in the ...". Serendipia, la tímida musa de la coincidencia fortuita, puede proporcionarnos muchos de estos hallazgos en el futuro...

Si ahora hiciéramos la misma búsqueda en Google, veríamos 627.000 sitios en los que aparece la palabra. La diferencia de magnitud (170 veces más hallazgos en Google) habla de la potencia del buscador, pero también de los límites de la búsqueda en la Red. No quiero decir que las respuestas de Amazon sean "mejores" que las de Google, pero sí que son menos, y al fin y al cabo, uno no necesita tantas... Por otro lado, los libros son receptáculos estándares del conocimiento, y el hallazgo en un libro puede dar (aunque no necesariamente, claro) un mejor servicio que en una página web; por supuesto, antes hay que comprarlo, o pedirlo prestado...

Dar razón de todas las páginas de un libro donde aparece una determinada palabra equivale a proporcionar unas concordancias completas del mismo. Antes de la llegada de los textos electrónicos sólo las grandes obras disponían de concordancias (repertorios donde figuraban por orden alfabético todas las palabras de una obra, con indicación de dónde aparecía cada una), compiladas penosamente a mano: había concordancias de la Biblia o de las obras de Cervantes. Hoy en día cualquier documento electrónico es buscable mediante la correspondiente función de su programa, y de cualquier cosa que esté en la Web hay concordancias inmediatas con Google. Pero ¿qué pasa con los libros-libros, con los impresos? Yo, como cualquier usuario habitual de los medios digitales, me desespero cuando quiero buscar un dato que sé que está en un libro que tengo en casa, y paso páginas arriba y abajo, sin encontrarlo. (Los que tienen buena memoria visual, incluso pueden recordar la localización aproximada: estaba en la página de la derecha, debajo de un gráfico; y cosas así...). A veces llego a buscar inútilmente el menú en la parte superior de la página impresa... Pues bien; quienes tengan la suerte de que Amazon haya digitalizado un libro que está en su poder, ya pueden usar la búsqueda de la librería para encontrar algo en su interior... El invento de Amazon realmente reúne lo mejor de ambos mundos: las ventajas de la edición tradicional (leer en un buen libro, bien impreso y encuadernado) y de la edición electrónica (las capacidades de búsqueda).

Las reacciones de los usuarios de la nueva búsqueda de Amazon no se han hecho esperar, y a ellas dedica un artículo Lisa Guernsey en el New York Times del 6 de noviembre. Entre las declaraciones de los amantes de los libros extasiados por las nuevas posibilidades se incluye (casi podía esperarse) la de uno de ellos "!Es mucho mejor que Google!".

Amazon, claro está, o sus subcontratados, han tenido que pasar por OCR (o teclear) todos los libros de los que ofrecen búsquedas (o bien pedir el texto electrónico al editor), y esto es un trabajo duro, que pretenden hacer rentable aumentando el número de ventas. Sus usuarios registrados pueden ver la página entera del libro, y no sólo la cita con el número de página, y esto ya ha creado problemas. La asociación de escritores The Author's Guild afirmó al día siguiente del anuncio de Amazon que los editores no tienen el derecho de ceder a la librería los libros para búsqueda, sin permiso de los autores, y opinó también que su uso perjudica a los libros de consulta (aunque no a los de ficción). Aunque Amazon dice que no, el sistema, afirma la asociación, permite copiar hasta 100 paginas de un libro.

Y henos ahora ante la respuesta de Google: días después del anuncio de Amazon se difunde la noticia de que el buscador se ha puesto al habla con editores para compilarles bases de datos con el contenido de miles de volúmenes. El gran buscador ya no se contentará con llegar a las palabras que están el título de los libros citados en cualquier página web, o a las que están en el interior de los muchos libros cuyo contenido está íntegro en la Red, sino que quiere incorporar también las que yacen encerradas entre las tapas de muchas estanterías...

Mientras Google respondía con esta irrupción en el mundo real, Amazon había seguido profundizando en él. Cualquiera que acceda a un libro en la librería virtual ya sabe que va a encontrar un conjunto de otros recomendados, sobre la base de "la gente que compró este libro compró tambien..."; en marzo del 2001 Javier Candeira contaba así la experiencia. Hoy el procedimiento se ha extendido tanto que, junto con los movimientos que uno haya hecho por el sitio, constituye toda una página web, titulada, pomposa pero realistamente, "The page you made". A estas listas creadas, por así decir, involuntariamente, se unen las listas de deseos (que uno acumula para que la miren los amigos cuando se acerca nuestro cumpleaños), o las listas de libros o discos que cualquiera considera interesantes por la razón que sea, y que se producen por el procedimiento llamado Listmania. ¡Ah!: estas listas pueden comprender cualquier producto a la venta en Amazon, aunque no hayan sido compradas en la tienda... ¿Van entendiendo? Para terminar con otra muestra de esta ansia omnímoda de Amazon, recordemos que también se puede ver la lista de lo que ha comprado más una determinada ciudad, institución o empresa (por ejemplo: ¿qué compra la Universidad de Nueva York?).

Y esta es la historia, que sin duda continuará... Google sale a bolsa, y mientras tanto le ha aparecido una novia grande y poderosa. Habrá mucho jaleo, nuevos inventos y sorpresas por parte de los dos monstruos de la red, pero mientras tanto los dos nos dan motivos para pensar y disfrutar:

Amazon vende calculadoras      Google calcula...

Creada el 14 de noviembre del 2003

última modificación, 31 de octubre del 2004

 

Post-scriptum

Google comienza a digitalizar millones de libros libres de copyright en Stanford. en el blog del 4 de febrero del 2004

Google comienza en beta su servicio de búsqueda en el interior de libros. Véalo en el blog de 16 de diciembre del 2003

La alianza de la British Library y Amazon. Véalo en el blog de 27 de noviembre del 2003

Google España busca una persona para relacionarse con editores, blog de 31 de octubre del 2004

 

salida