Barcelona / New York

La exposición se mantendra abierta hasta el 15 de enero de 2002.

El arte tiene el poder sensible de afectar directamente a los sentimientos, pero tiene, al mismo tiempo, que hacer partícipe al intelecto y llegar a las emociones a través de la mente.

Durante el verano de 1977 empecé a buscar ideas e inspiración en el paisaje en torno a Cadaqués. Subí a las montañas que rodean el pueblo para encontrarme con la tierra misma. A través de una serie de dibujos y acuarelas intenté retratar con la mayor precisión cuanto veía ante mi, sin abstracción, distorsión o interpretación. Pero el subconsciente seguía trabajando. Gradualmente, en las formas ondulantes de las montañas, empezó a surgir la sensación de que encerraban seres vivos luchando por nacer. Me parecía como si la tierra misma estuviera viva. Así se inició la serie de paisajes en la que trabajé durante quince años y que fue el tema de una exposición en el Centre d'Art Santa Mónica de Barcelona.

Al empezar la década de los 90 volví mi atención al paisaje de Barcelona. Mientras paseaba por sus calles, en lugar de la amplitud panorámica de las montañas, me atrajeron los detalles de la arquitectura, los ornamentos, grandes o pequeños, próximos o lejanos, que a menudo pasan desapercibidos al transeúnte. E igual que me ocurrió cuando miraba a los paisajes, comencé a ver una nueva vida emerger de la fría piedra de los edificios. También aquí aparecían sugerencias de seres, no tan humanos como los de los paisajes, sino más bien como criaturas monstruosas contemplándonos. En estas pinturas de la Serie Barcelona, la piedra gris y el cemento arquitectónico se transforman en extrañas y pintorescas criaturas como las que pueden habitar nuestros sueños.

En mis frecuentes viajes a Nueva York, donde nací, empecé a percibir que ésta metrópolis también tenía sus presencias peculiares observando el ir y venir de sus habitantes. Durante los largos años que viví en la ciudad, había pasado ante ellas, como tantos otros, ignorante de estos seres omnipresentes que parecen mirarnos desde las perspectivas mas inesperadas de cada edificio.

La experiencia de pintar Barcelona me llevó a mirar Nueva York con nuevos ojos y mi sorpresa al constatar toda esta vida previamente invisible surgiendo de sus edificios, se tradujo en otra serie de obras repletas de extraños seres.

En todas estas pinturas invito al observador a que mire su entorno con una visión nueva y busque mas allá de las superficies de piedra buceando en la profundidad de su propio interior.