Se equivocaría quien pensara que estamos ante una materia prima básicamente grisácea. A poco que nos fijemos, apreciaremos una multitud de matices en las piedras. Las hay rojizas, azuladas, doradas, negruzcas, pardas.

Piedras rojizas en el Camí de ses Closes

La posición del sol o la lluvia, el polvo que las cubra o cualquier otra circunstancia puede darles una pátina brillante, sacar del fondo de las paredes reflejos irisados o convertir los muros en construcciones de oro…

De una barraca en el Rec de Sant Pius V

Todo ello sin hablar de los organismos que las habitan. Todavía.