El Archivo Gramatical de la Lengua Española

Para la investigación de la lengua española

José Antonio Millán

 

Archivo Gramatical de la Lengua Española (AGLE)
de don Salvador Fernández Ramírez

http://cvc.cervantes.es/obref/agle [hoy inactiva]

Dirección científica:
Ignacio Bosque y Maite Rivero
Dirección editorial:
José Antonio Millán

 

 

 

No voy a repetir cosas que he dicho en el Prólogo del AGLE, porque ahí están [ya no: véase ahora mi Prólogo al AGLE, 1998], pero como han pasado muchos años desde que (en un bar de la calle Infantas de Madrid, por más señas) Ignacio Bosque me habló de la existencia de las cajas de carton con las cédulas de D. Salvador, hasta que se han hecho accesibles a la comunidad investigadora, creo que tengo derecho a explayarme un poco...

La gramática es una ciencia (además de un arte), o al menos eso es lo que debería ser... Como todas las ciencias, la relación con los datos es una de las claves. Frente a la masa de muestras lingüísticas, el gramático detecta y analiza peculiaridades que a los meros hablantes pueden pasar inadvertidas. Nada nuevo: en lexicografía ocurre lo mismo. Es bien sabida la historia de cómo, frente a la demanda del organizador del Oxford English Dictionary, de que se le remitiesen muestras de usos peculiares de palabras, había comunicantes que no encontraban ni uno solo en toda una obra literaria, y otros que veían interés o peculiaridad en cualquier palabra...

¿Dónde quiero ir? Muy sencillo: la mirada profesional del gramático puede descifrar estructuras notables, usos con interés científico, allá donde otros no veremos nada. Incluso dotados de medios informáticos, incluso expuestos a un corpus gigantesco, semejante mirada no se puede sustituir con ningún medio de análisis formal, automático, de los datos. Lo he contado recientemente, referido a otro campo, la lexicografía.

Don Salvador poseía esa capacidad de localización del problema gramtical, de la peculiaridad lingüística (y, a propósito, el Director científico de este AGLE, Ignacio Bosque, es una de las personas vivas que en mayor medida la poseen). No en vano fue autor de la mejor gramática de las últimas décadas... El AGLE en rigor es un postcorpus, y eso es lo que le da un inmenso valor: el AGLE es el resultado de la criba de una gigantesca cantidad de estructuras gramaticales, para dejar ejemplos significativos de cada estructura de interés. Sólo por ello, equivale a un corpus (por decir algo) unas cien veces mayor, o, dicho de otra manera: de un corpus cien veces más grande que el AGLE, un gramático muy bien dotado extraería precisamente esta espuma.

A lo que hay que añadir otros tres trabajos de gran finura, si queremos desembocar en el Archivo, tal y como hoy está. Uno, el marcado del foco y el ámbito del fenómeno gramatical (como está en todas las fichas del AGLE), dos: la creación de un árbol de estructuras gramaticales y, tres, la integración de cada cédula o ejemplo en un sitio de ese árbol.

De la palabra a la estructura o al autor, de la estructura a la cita y a la palabra: ese es el movimiento doble que permite la confluencia feliz de unas cédulas creadas por nuestro mayor gramático de las últimas décadas, el cuidadoso trabajo de Ignacio Bosque y Maite Rivero, la colaboración de muchas personas del Instituto Cervantes, la difícil y sensible labor de los sucesivos becarios del proyecto, la flexibilidad de los informáticos que diseñaron, junto con el equipo editorial, la interfaz de consulta, los patrocinios privados del proyecto, y un momento de desarrollo de la red que permite que, fácil y rápidamente, cualquier interesado acceda a cualquiera de las cédulas, como si en el interior de un armario de su casa guardara las cajas de cartón. Pero mejor.

Última versión, 18 de noviembre de 1999
Corrección de URLs: 3 de abril del 2011

 

 

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